Escritor Fracasado

Monday, March 06, 2006

Jubilosa Jubilación

Me jubilé recientemente. Mi padre siempre estuvo orgulloso de mi trabajito mediocre; yo no me metía en problemas con la ley y tampoco corría el riesgo de desarrollar aires de grandeza. Siempre hubo manera de recordarme el lugar—escalón bajo—que me correspondía en la sociedad capitalista.

--“Esta compañía es buena y te dan pensión cuando te jubilas”, me decía el desgraciado con una sonrisa diabólica.

Siempre creí que sería rico, pero gracias a mi mediocridad estoy recibiendo un cheque mensual que me da para comer y algunos gastos y gustos. Tengo mucho tiempo para pensar. Y siempre es lo mismo: me lamento de las cosas que quise hacer, pero por cobardía nunca las hice y hoy no puedo hacerlas.

Me dicen que estoy disfrutando de mis años dorados, haciendo todas las cosas que soñé. Solamente espero a la muerte junto con una mujer obesa y paranoica, mi esposa, que apenas se puede mover por causa de un sinfín de achaques. La muerte es lo único que nos puede liberar a uno del otro. No le pido a dios que me la traiga porque no creo en él. La exagerada tranquilidad de esta nueva fase parece indicar que voy a “vivir” una muerte aburrida sin mucho ruido. Mientras llega, bebo vino tinto del barato.