Escritor Fracasado

Friday, August 25, 2006

Cuando Plutón era planeta

Hoy he descubierto que Plutón no se clasifica más como planeta. (Pluto, disqualified because its orbit overlaps with Neptune's, will be reclassified as a "dwarf planet.") No sé que pasará con mis fantasías infantiles, con la idea de que Plutón era el último de los planetas en nuestro inmenso sistema solar. Era tan fácil medir la eternidad, uno tenía que pensar en Plutón y justo ahí empezaba. Sí, era tan fácil. Ya me acostumbraré.

Sunday, August 20, 2006

Orgullo familiar

Él le muerde la oreja y le arranca un pedazo (al estilo Tyson) que luego escupe mientra unas gotitas de sangre le quedan en los labios. Ella le escupe e insulta, “maldito eres como tu hijo: alacrán.” A veces, ella le orina los tobillos cuando él se duerme sentado. Solamente gritan incoherencias, ya no hablan. Los dos se pelean, se culpan y se odian. Ellos odian a todo lo que les recuerda que el uno o el otro existe. Cada uno ve al otro reflejado en mí. Soy el instrumento de sus venganzas. Soy el orgullo de la familia. Estoy destinado a preservar la semilla de la familia, a perpetual el apellido de mi padre y a llevar el gene de la locura. Estoy orgulloso de mis enfermos mentales y de la originalidad con la que actúan.

Me faltan 2

Me doy cuenta que eyacular no es lo mismo que hace 20 años. Creí que cumplir con mi meta de 4 eyaculaciones en este fin semana era fácil, pero solamente llevo 2. Eso sí, 2 orgasmos de gran calidad (de los que hacen lagrimear, aullar o hasta creer en dios). Una eyaculación con la ayuda de un filme porno y la mano derecha. La otra con una noche salvaje con la mujer que me consideraba impotente o infiel (que para ella son sinónimos). Qué lejanos parecen los días en que eyacular 6 ó 7 veces en unas horas era normal y hasta obligatorio. Lo que hace uno para evitar el cáncer de próstata y el maldito dedo sodomita del doctor. Me pregunto si esto tiene sentido. Si nunca desarrollo cáncer de próstata, voy a estar tan cansado de eyacular (un mínimo de 5 veces por semana por los próximos 20 años) que no va a tener sentido tener una próstata sana, pero de adorno. Esto sin considerar los problemas de erección que ya asoman su nariz. Y uno piensa que solamente los genitales femininos son complicados.

Friday, August 18, 2006

Me faltan 4 eyaculaciones

Mientras este estudio determina por qué la frecuente actividad sexual parece reducir la tendencia al cáncer de próstata, yo no espero sus conclusiones y me dedico a lo mío: eyacular frecuentemente. Según el estudio recomienda unas 20 eyaculaciones mensuales para reducir en un 33 por ciento el riesgo de cáncer de próstata. Así que mi meta es la de eyacular religiosamente un mínimo de 5 veces por semana (con o sin ayuda de mi mujer). En este momento recuerdo que solamente llevo una eyaculación en cinco días. Tengo que lograr 4 más en las próximas 48 horas y empezar un régimen más estricto empezando el lunes. Por lo pronto, voy a dejar de escribir y aprovechar la pequeña erección que se gesta al ver que mi mujer me guiña el ojo e invita con su cuerpo ya maduro, pero aún con razgos de voluptuosidad y su cabeza algodonada al estilo afro. Se que se alegrará al escuchar la noticia, pero tendrá que compartir 2 ó 3 con mi vicio solitario.

La masturbación y una vida larguísima

Por fin aparece información que justifica mi gran devoción al onanismo. Según este estudio australiano recomienda eyacular lo más frecuentemente posible entre los 20 y 50 años. Estaba seguro que mi idiotez o mi baja estatura se debía a la pobre herencia genética y no a mi vicio solitario. Después de tantos años de vergüenzas y de esconderme, me doy cuenta que la masturbación tiene un gran propósito: disminuir o evitar el cáncer de próstata. Y a la vez, descubro que tengo un nuevo propósito en la vida: masturbarme para mantener la próstata limpia y, claro, experimentar placer (que fue y será siempre la razón principal). Así que a cuidarse para tener una larga vida llena de erecciones y eyaculaciones (Qué importa si son precoces, solamente importa vaciar las toxinas acumuladas en la maldita glándula del placer).