Recuerdo cuando posaba mis manos pellizcando tus pezones ligeramente enfrente del espejo. Tetas firmes y perfectas. Hace tantísimos años que no sé de ellas. ¿Cuántos habrán bebido de esas fuentes de euforia?
Autor desahuciado por el cánon monta bloguito experimental como terapia para erradicar ó, al menos, apaciguar los síntomas de sus delirios de grandeza y su narcisismo suyo, de él, muy de él, solo de él.