El pene atrofiado

Después de abusar del pene por años, tenía un ardor constante que no le permitía usarlo. Tenía erecciones, pero el más ligero roce era doloroso. Desde entonces aprendió a lograr orgasmos sin eyaculación. Simplemente recordaba las sensaciones de la eyaculación. Era difícil no recordar tales sensaciones porque la función sexual reemplazó varias de las “otras” necesidades básicas durante varios años. Debido este hábito, era casi imposible pensar en algo placentero sin pensar en el orgasmo. Todos los actos sexuales de sus últimos años ocurrieron mentalmente, sin involucrar al pene atrofiado. Su imaginación trabajaba de manera tan fulminante que era imposible que alguna se resistiera a participar. Surgió una nueva religión: Los apóstoles de Onán.

Fila de Ovejas

Haciendo fila se percibe una angustia colectiva. Esos cuerpos levemente inclinados—levantando las nalgas de una manera desenfadada, casi vulgar. Ovejas que se dirigen en fila hacia delante más por imitación que por convicción. Los rostros muestran rasgos indiscutiblemente bovinos—ojos colgados, mandíbula rumiante y el semblante del dominado, el que es capaz de humillarse por la gula. Fila de rostros similares con aspecto de pedigüeños aunque pagarán al ordenar. Frotándose las manos sudorosas antes de pronunciar un “quiero” o un “can I have…”

Después de ordenar, la fase de espera principia. Siempre desconfiando del “de al lado” o del “de atrás” intentan monopolizar el área de las salsas y las bebidas. Dispuestos a borrar con una mirada o un soplido a quien se atreva a interferir con el ritual de comer. Cuerpos adiposos que sienten que han cumplido con una fase importantísima de su existencia al ordenar “algo de comer”. Siempre imaginando porqué alguien recibe lo pedido antes que ellos. Ha regresado la angustia y se propaga entre los rostros—nada amigables—de los que esperan. Nuevamente, los cuerpos se inclinan con la fantasía de que están apresurando la orden. Al recibir la ración, sienten que esta espera y manera de vivir vale la pena. Y las ovejas están dispuestas a volver mañana a enfrentar el horror colectivo.

La muerte de Freud

El abuelo aseguraba que la muerte de Freud (descartando, por supuesto, la intervención del doctor Schur) realmente se debió a un extenso periodo de excitación sexual. Ese orgasmo prolongado es la causa del tumor maligno. Según decía, tal éxtasis mortal se debía al intenso psicoanálisis aplicado—durante años— a un gran cuerpo de literatura con referencias sexuales que un buen amigo del abuelo proporcionó a Freud. El abuelo jamás nombró los textos o al amigo.

El vivir en un estado de excitación sexual constante es nocivo. Esto precisa de una alta presión en el sistema nervioso y circulatorio, lo cual es equiparable a la acumulación del estrés del trabajador contemporáneo—embotellamientos de tráfico y otros factores incluidos. La brevedad del orgasmo es una manera en que el cuerpo se protege a sí mismo. La brevedad orgásmica reduce la posibilidad de matarnos en un solo lance. Sin embargo, esto no significa que uno no pueda morir durante ese momento sublime ó intentando llegar a éste. Una cuidadosa investigación revelaría la cantidad de sumos pontífices que han muerto cometiendo este “acto.”

Ya no quiero ser Dios

Es tan fácil jugar a ser Dios. Nada es inalcanzable. Esta comodidad no me permite desarrollar esa común preocupación por las banalidades de la vida; nada me perturba, excepto la falta de comodidad. La omnipotencia me ha corrompido. Disfruto cada placer, sin importar cuan diminuto éste sea.

Ya no quiero ser Dios, pero es tarde. Soy adicto.

Dios existe

Mi religión me prohibe honrar banderas o patrias, las cuales son símbolos creados para motivar al individuo a actuar aún cuando no exista la tendencia natural para hacerlo. Símbolos que sirven para excluir y recordar las diferencias entre el género humano. “No, no hemos sido creados de la misma manera”. Tengo prohibido afiliarme a cualquier organización o persona. Me debo dedicar a mi Dios únicamente. Y yo… Yo soy mi propio Dios.

Ser Nada

“Não sou nada.

Nunca serei nada.

Não posso querer ser nada.

À parte isso, tenho em mim todos os sonhos do mundo.”

Pessoa

Realmente es más fácil ser nada. No existe la urgencia para demostrar ser “algo”. El intentar ser “algo” es como tirar cuchilladas en la oscuridad u orinar en el mar una noche de invierno. Siempre hay consecuencias. Después de convertirse en algo o alguien, ¿qué queda? Nada, por supuesto…

Presentación Improvisada

Después de terminar la maldita presentación, no supe cómo me fue. Me quedé en el limbo. Al menos, no murió nadie, ni se me dijo que hize el ridículo, aunque esto no comprueba que no lo hize. Al salir, una bestia casi me hace volar con su auto y se ríe.

“¿Te ríes de tu propia incompetencia? De tu falta de capacidad aún para atropellarme. Ni siquiera para eso sirves. Tú haces que me avergüenze de ser humano.” Balbuceó algo a traves del vidrio cerrado. No importó, dije lo que quize decir.

Alguien me preguntó cómo me fue, contesté, “no sé, pero nadie salió herido”.