Sin embargo, me acerco a tí

Cada día se siente una cercanía a pasos agigantados hacia lo que es la muerte.
Es como ir por un camino de bajada con la inercia como única compañera de viaje.
Metes los tacones para frenar la caída, pero el desgaste de éstos no sirve para frenar nada.
Y la bicicleta continúa de bajada.
Gritas, pero no sabes hablar, ni nadie sabe tu idioma—único por una extraña mutación.
Todo muta, excepto lo que quisieras que mutara.
Quieres terminar las cosas que empezaste, pero estás ocupado pensando cómo frenar el maldito viaje.
Aciertas a dejar alguna nota o dos con el fin de que alguien se acuerde que estuviste ahí, arriba, con ellos. Ésos, los que se quedan.
Agotas todos los recursos e inesperadamente te das cuenta de la respuesta: La única manera de frenar el viaje, de vencer a la muerte es el suicidio...

Fragmentito de "Cosas de la muerte" un ejercicio propio.