Escritor Fracasado

Thursday, August 25, 2005

La muerte y yo

No existe absolutamente nada que nos prepare antes de nacer para conllevar (el arte de sufrir o soportar las impertinencias de...) los atropellos del mundo. Jamás alguien imaginó que la ardua tarea de vivir sería así . Asi mismo nada nos prepara para morir. En busca de tal preparación han surgido varias formulas. Algunos indican estar preparados para morir, pero realmente no lo están. A nadie realmente le interesa ausentarse y perderse lo que vendrá: positivo o negativo. La curiosidad humana es un sentimiento mucho más intenso que el deseo de morir. Quizás esta misma curiosidad lleve a algunos a querer morir para ver el “más allá”, pero normalmente no tienen prisa y prefieren esperar “más acá”. Los que manifiestan querer morir, la estan pasando muy mal, pero no existe tal deseo. "Estar cansado de la vida" no es lo mismo que desear con todo tu ser desintegrar tu cuerpo.

En busca de preparación, o al menos, hacer más amena la idea de morir, me aferré al existencialismo con la idea de contrarrestar los dolores asociados con la muerte. Sin embargo, cuando uno cree estar preparado, uno nota que no existe manera de hacer esto (morir) de manera placentera. No hay manera elegante o valiente de hacerlo. Al final, es lo mismo, el corazón se detiene y se aflojan los esfínteres. El pudor, tan celosamente guardado, es lanzado por la borda. Quieras o no. No importa cual es tu lado fotogénico, a la caja le dá lo mismo ( si tienes la suerte o la desgracia de ser acomodado en una caja).

Así, creyendo que el existencialismo me hacía inmune a los estragos de la muerte, solamente me basta una mirada hacia los ojos de la muerte para saber que no... no estoy preparado, jamás lo estaré. He llegado a estas alturas gracias a mi cobardía y seguiré siendo cobarde, sin un ápice de vergüenza, mientras esto me permita robarle tiempo a la muerte, la cual da prioridad a los valientes.

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